jueves, 2 de junio de 2005

La tortuga Isla, definitivo

De pequeño vivía en una ciudad, ahora vivo solo en una islita. la encontré en un charco, la metí en la bañera y fue creciendo. Era una islita huérfana, sin pasado, apenas sin tortugas.

Cuando fue lo bastante grande y el mundo me hubo dado suficientes golpes, decidí irme con ella. Monté a sus pies y marchamos por el caprichoso océano rumbo a la deriva.

Yo no quiero ser pirata con cien cañones, ni tener bandera, aunque sea de libertad. tan sólo anhelo que pasadas dos centenas el dolor que llevo dentro pese un poco menos. Dos esperanzas perdidas, un amor fugaz, tres amigos malnacidos, una muerte que llorar... no es mucho lo que hay que contar. Es, simplemente, que este mundo en el que todos viven, su ciudad, a mi se me hace pequeña, no me cabe toda la tristeza en ella.

Así que me he ido a la mar en mi islita de cristal. Ella transforma en agua todo lo que le quiero contar y, achicando lágrimas, busco unos brazos que me ayuden a naufragar.

En Madrid, a 25 de noviembre de 2003

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jo! Tan sólo decir que me ha encantado leerte o leerlo, que ojalá pongas más cositas así y ... jeje, que te vaya todo muy bonito.
:)