viernes, 23 de mayo de 2008

Stay rude

Mirándola, de repente, me dices ¿ Y por qué la llamaste Patitas? Y te lo cuento y sonríes, y bromeas.

He pasado la tarde escuchando a una amiga que no quiere crecer. Quiere ser joven, y vivir en muchos lugares distintos, y conocer muchos hombres y tener diez mil trabajos interesantes. Quiere no poder resumir su vida en tres líneas. Pero es maestra, con casa comprada y con novio estable. Y cree que ahí termina todo, y lleva un año desmoronándose. A mí me gusta mi edad. Ella es tantas cosas que ni siquiera sabe, y yo la admiro, aunque nunca la llame, y no se lo digo porque creo que me excedo. Pero da igual lo que yo piense, porque nadie le va a quitar esa idea de la cabeza. Y pensará que es una más cuando es especial.
Y yo hoy, con un crappy day, callada y escuchando, sin apenas opinar, sin contarla todas mis batallas, hoy no era el día. De repente una broma tonta y sonrío, y sonríe, y parece que hemos empezado de cero y que da igual que nada tenga sentido. Mientras aquí sigo, a las 3 de la mañana, haciéndome algo de cena. Sin sueño. Otra rachita sin dormir, será cíclico?
Hoy dejo el alcohol, dejo de beber cualquier cosa con alcochol, y la explicación es privada, nuestra, mía. Aunque coincida con mi cumple, con el fin de curso y con el curro en Mallorca. Estoy segura. Soy idiota. Sigo segura.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Che tempo di merda

Por idiota. A veces una frase perdida viene a mí con un montón de significados que en su momento no supe escuchar. Tengo varias, entre hoy y ayer, que no me dejan dormir

"¿Cómo se logra olvidar algo que no tuvo lugar?"
"Tú eres buena pero haces cosas malas"
"No me dijiste que tenías la sensación de que íbamos a ser amigos durante mucho tiempo? Pues eso"

Y por qué es tan fácil hacer daño a alguien y tan difícil arreglarlo? La herida cura pronto pero la cicatriz queda siempre. Lo he hecho tan mal tantas veces que es imposible hacerlo bien, ya no recuerdo cómo se era buena y cómo no se hace daño a la gente. Eres más listo que yo, no te involucres conmigo, pero no tengo que decírtelo, no lo vas a hacer. Yo no sé no implicarme, no tengo autocontrol, y voy provocando torbellinos, y eso acaba siempre en desastre.
Tengo lo que me merezco, más incluso. Estoy tranquila, sé que me iré lejos, quiero irme más lejos aún, y empezar de cero. Y que me creas cuando te hablo, y que sepas que digo la verdad. Qué más da que me creas o no? Qué más da si no es a ti sino a todos? Como los hunos, como los pulpos en los garajes, como las personas inútiles y torpes que no hacen una a derechas (yo siempre las haré a izquierdas), y se dan cuenta de lo mal que lo hacen. Pero hay que aceptar las consecuencias de los actos. Estoy orgullosa de que me hagan pagar por mis errores, así aprendo. No quiero perdones fáciles ni condescendencia, quiero verdades, y eso recibo, aunque duelan.
Estoy bien, casi empiezo a notar que el cielo es azul de nuevo, nunca igual de azul, pero ya no es una masa opaca que me oprime, podría volver a vivir, no está tan lejos. Bueno, sí lo está, pero no hace falta que se acerque más, menos daño. Cómo puedo ser tan idiota? Y lo pienso y me río, y veo que la vida no es para mí, no ésta por lo menos. La que yo quiero la he dejado escapar, y estoy triste porque veo que se aleja pero contenta porque llevo la conciencia tranquila.
No sé jugar, cuenta ésto, cállate lo otro, versiona aquello, no enseñes tus cartas... pues yo las saco todas, y pierdo, y no me tiro faroles, no hago trampas y por imbécil pierdo la partida, orgullosa de ser lo contrario de lo que soñé.
Con lo bien que estaba ya y otra vez comienzan las noches eternas en las que me dan las 3 y no tengo sueño, quiero hablar y hablar y hablar. Y tengo que hacerlo sola porque la gente tiene horarios, y trabajo, y una vida normal. Y hablar de nada a estas horas es de tontos, y le doy vueltas a todo, palabra por palabra, gesto por gesto, qué tonta. Pero hoy pienso que no soy la única, y que tal vez algún día algo salga bien y que las ilusiones son de idiotas, pero que siempre he sido idiota, que por lo menos veo luz a lo lejos, antes no. Supongo que la luz se está apagando pero sé que existe, aunque no sea para mí. Eso es bueno
Voy al papel, que escribo más rápido, y puedo escribir más sinsentidos.