viernes, 9 de septiembre de 2005

una más de rollos mentales

Aquí estoy de nuevo. Hoy pienso en una generación, la nuestra, la mía. Creo que hasta hace muy poco nunca he sido consciente de lo que era mi generación. Había una, y yo coincidía cronológicamente con ella pero no formaba parte de nada mío. Hoy empiezo a pensar de otra manera. Me ha llevado mucho tiempo darme cuenta de que el pasado no vuelve, que se queda allí, en los recuerdos, y de que de aquéllos recuerdos viene la generación, al ver lo que he vivido y lo que no, cuando lo estaba viviendo no me preocupaba sobre si eso era historia, vida, supervivencia o si era una quimera. No importaba. Los ingleses tienen dos palabras que en castellano deberíamos diferenciar- Historia. Ellos dicen History y story. Las historias hacen la Historia, por expresarlo de alguna manera.

Hoy, a los 24 años, entiendo que el tiempo pasa, que sigo siendo la pequeña en todas partes pero que ya no soy pequeña, no tengo quince años, ni diecisiete, ni siquiera veinte. Acabó hasta la facultad, aunque siga estudiando, es todo distinto. Evoco recuerdos que me traen sonrisas, aunque en su momento me trajeran dolor. Será eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor? Para mi no es que sea mejor, es que ya no duele con la misma intensidad y entonces lo bueno tiene más peso en los sentimientos.

Voy en el metro por las mañanas y veo chavales con cara de 15 años, niños de instituto, van por la vida comiéndose el mundo y aún no lo saben. Ellos son el futuro, yo ya no, ahora soy el presente, demasiado mayor para ser el futuro y demasiado joven para ser el pasado. Disfruto cada instante como si tuviera quince años, pero teniendo veinticuatro. Han pasado 9 años, prácticamente 10, y hay tantas cosas y tantas historias que permanecen… historias de ayer que me hacen disfrutar de hoy.

Ya no añoro el pasado, pero me ha llevado unos dos años asumirlo, o aceptarlo al menos. Recuerdo, y siento como si fueran hoy las veces que seguía al Garrulo (Nacho, al fin descubrí su nombre), las notitas en clase, las borracheras de Malasaña, la gente que conocía de los bares y los búhos, ese primer amor, las tardes de vuelta a casa, las noches al teléfono, todas esas cosas normales que nos pasan a todos, a “la generación”. Todos tenemos recuerdos (diferentes) de las mismas canciones, nos recuerdan a alguien o a algún momento, los anuncios de la tele, algún que otro programa, alguna noticia devastadora… y quiero a esa gente más de lo que llegarán a saber. No sé, no puedo separar el pasado del presente en mi vida con una línea y ya está pero tampoco voy a vivir de aquellos maravillosos años sin disfrutar de éstos.

Era nada más que para daros las gracias por todo lo vivido, a mis niñas, mis amigos, y mis amores.