martes, 6 de junio de 2006

MI CUMPLE!


Crezco!!




25 años . Esta foto ya tiene 24... ( la primera que consigo escanear).

sábado, 3 de junio de 2006

Posteando (2)

Esa espinita que se me ha clavado y no se va a ir, que se ha convertido en partre imprescindible de mi. lo demás todo me va bastante bien, menos la salud de los que quiero.

Me fui a Berlín, quise quedrme a vivir allí, con su forma de vida :) Tb he descubierto un montón de compañeras - amigas en el curro, tantas que me da muchísima pena irme y empezar de cero otra vez, y que mis niños de 2º B sean de otra el año que viene, y no verles crecer y prescindir de ellos cada día. Pero empiezo otra vez, me encanta empezar.

Algunos amigos quedaron atrás, pero otros han surgido como hongos y setas cerquita mío, cada uno con sus historias, con sus líos, sus problemas, sus risas, sus ganas de vivir. Soy feliz, lo que pasa es que cuando estoy feliz no estoy aquí escribiendo. *_*

Próxima escapada, a Barcelona, una noche.

Posteando

yo no escribo mi blog en plan monólogos para hacer reir, ni como un diario, ni como queja social, ni como nada. Escribo cuando estoy triste, y lo cuelgo en internet que es lo más cercano que voy a estar de publicar un libro, y me da igual.

Cuando estoy alegre no estoy sentada en una silla en casa. Pero ahora, otra vez, vuelvo por aquí. Se ha muerto Rocío Jurado y ha tenido una repercusión mediática impresionante, como cuando se murió el Papa. Algo así esperaba cuando se murió el mío, que el mundo se parara, que todo el mundo le llorara, ya que es la mejor persona que ha nacido, que de repente no trinaran los pájaros, ni hubiera coches circulando ni copas en los bares. Es lo que tiene no ser famoso, que te mueres y no pasa nada. El mundo sigue como si tal. El mundo si, yo no. Tengo ratos que le hablo y le noto pululando a mi ladito, con su mirada de padre, con su smedia sonrisa, conmigo perdida en sus ojos. Otros ratos no tengo nada, solo soeldad, y ya no está, aunque yo esté tampoco estoy, porque sin él no estoy. Pasa el tiempo, ya cinco meses, y parece que fue ayer cuando recibía esa llamada del hospital, y esos 6 días del coma, y su mano suave, y sus ojos cerrados, y su respiración de mentira, y ese tubo de sangre que era lo único vivo que quedaba de él, y esa despedida continua durante 6 días, y tener que decidir que si, que estaba muerto aunque estuviera allí y que le desconectaran de la máquina para que pudiera morirse a gusto.

Y ese día 3, y ese amigo suyo que se quedó en el tanatorio hasta que cerraron , que le veló y lloraba como si fuera su hermano, y tanta gente que le quería y que nunca se lo dijo, y él pensando que estaba solo, con sus recuerdos de tristeza sin saber que mucha gente si que se acordaba de él, si tan solo se lo hubieran dicho. Quizá no hubiera cambiado nada, supongo que le venció el amor, y si él hubiera sabido cuánto le lloró su mujer, y sus hermanos, y sus sobrinas, y su hijo. Y todo lo que me queda a mí que llorarle.

Lo de llorar por alguien que se ha muerto es muy egoista, no lloras porque él esté sufriendo o porque le pase algo, llroas porque tú le echas de menos, aunque él ya no sufra. Es lo único que queda por hacer, ya los homenajes póstumos son solo huellas en la orilla, efímeras.

Recuerdo nuestros momentos juntos, su olor, sus pasitos, sus palabras, su mirada, su presencia, a él. Llevo ya cinco meses sin verle. Voy a pasar mi primer cumpleaños sin que él me acaricie las orejas en lugar de tirarme de ellas, y los que me quedan. Sin él, es duro, y tambien se supone que es normal.

Yo nunca había perdido a nadie cercano hasta ese maldito 28 de diciembre. Y ahora de repente todos de golpe, como si mi padre hubierse abierto la veda y tuviera que recuperar las muertes que no he sufrido de golpe. Y si yo estoy así, ¿Cómo estará mi madre? Yo tuve al padre que me tocó, ella al marido que eligió. Pero no hablo con ella de ésto, nounca fuimos una familia típica.

Cada vez tengo más ganas de verle y de hablarle, y de llamar y que coja él el teléfono, y acercarle el mando de la tele, y reirme con él, y hacerle enfadadar, y vivir cerca de él, y noto más su ausencia, y darme cuenta de que es real y de que es definitiva.